Cañada de la Virgen

Cañada de la Virgen

Un asentamiento prehispánico enclavado en la frontera septentrional de Mesoamérica


U Ubicado al Suroeste del municipio de San Miguel de Allende, aproximadamente a 15 minutos de distancia, se encuentra el Centro Arqueológico Cañada de la Virgen, también conocido como Casa de los 13 Cielos y Casa de la Noche más Larga.

Cuenta con 17 hectáreas como área protegida y para la visita. El nombre de la Casa de los 13 Cielos resultó del conjunto de interpretaciones sostenidas en los estudios visuales de los ejes de planeación y simetría y su estrecho vínculo con la geografía sagrada de los cerros y de la planta arquitectónica misma, que reproduce 4 espacios, cuartos o aposentos, en la plataforma norte; 4 en la plataforma sur; 4 en la plataforma este, y se suma el basamento piramidal. En conjunto suman 13.

Siguiendo el modelo de arquitectura-astronomía, se interpreta el diseño cósmico del centro urbano y político, el trazo y planeación de cada espacio está orientado hacia los cuatro puntos cardinales y estos conforman una cruz de identidad cosmogónica, definida por los rumbos, los solsticios y equinoccios en un ciclo constante y anual entre la sociedad y su naturaleza. Este engranaje cósmico estaba relacionado con aspectos económicos, sociales, políticos y religiosos.

El basamento piramidal – dispuesto al oeste – se asocia con el comercio, cosecha, viento, otoño y el equinoccio de verano. La relación entre el basamento piramidal y los cerros circundantes es precisa y planificada. De acuerdo a las investigaciones, esta civilización identificaba a los cerros como dioses patrones y a los dioses como sus habitantes. Son guardianes de riquezas: alimento, animales, minerales y agua. Sus cuevas comunican los cielos con la tierra. De los cerros nacen los vientos y las nubes. Son también el corazón de la tierra y el semillero para el sustento. Son asimismo el árbol cósmico.

La plataforma norte en esta propuesta simbólica, estaría asociada con la religión, barbecho, agua y al solsticio de verano. Se asocia con la estructura circular, con el estanque de agua y los canales de captación de agua de lluvia. En fechas recientes, los arqueólogos registraron eventos significativos vinculados a la luna.

Por último, la plataforma sur, en el mismo esquema teórico, se asociaría a la guerra, heladas, fuego y al solsticio de invierno. De acuerdo a la interpretación de los investigadores, en los cuartos de la plataforma sur destaca un espacio funerario. En el pensamiento y acciones ceremoniales, se considera que el ritual de petición de lluvias – en épocas de sequía y de quema estuvo presente en la ceremonia fúnebre. Se encontraron 11 entierros humanos en diferentes capas. Se piensa que sus muertes naturales fueron en sí mismas ofrendas. Las fechas directas en las muestras de huesos de algunos entierros, arrojaron 670 a 870 años d. C. y 770 a 980 años d.C. Es decir que el rango temporal de uso del espacio con fines funerarios es de tres siglos y una década, y corresponde a la segunda etapa constructiva. Los once entierros se acompañaron de un perro pelón o Xoloescuintle que acompañaba al difunto en su viaje al Mictlán.

El Patio Hundido o Espejo del Cielo en la propuesta teórica referida, es el centro de la cruz cósmica. Se concibe como centro vital del culto religioso: lugar de reunión, lugar de prácticas rituales y ceremoniales, lugar de asiento de los dirigentes, y lugar de paso y comunicación entre los edificios que lo rodean. Acceder al patio hundido de la zona arqueológica de Cañada de la Virgen, es perder visibilidad con el mundo exterior. Bajar al patio hundido, que en la simbología mesoamericana es entrar al inframundo, significa acercarse a la madre tierra, caminar por el centro femenino. Desde el patio hundido es posible elevarse hacia el Gran Cerro, representado invariablemente por el basamento piramidal. El patio hundido es el lugar donde las sombras alineadas con el sol recorren esa geometría, donde la voz se proyecta y donde la acústica es el resultado de numerosos estudios que en su tiempo realizaron los ingenieros y arquitectos prehispánicos para ordenar científicamente su espacio sagrado.

Los antiguos autores también lo usaron para captar el agua de lluvia, para controlar un espejo de agua y desaguarlo hacia el estanque o amanalli, situado al norte, a través del desagüe pluvial registrado en dos etapas de ocupación. El agua sagrada se retenía en las numerosas canteras, labradas para tal propósito y dispuestas en las graderías que rodean el patio. Lugar donde se sentaba la gente en ceremonias y donde se comunicaban los sacerdotes. Es posible que el patio hundido fuera utilizado también como espejo de agua para observar el reflejo del desplazamiento de los astros en el cielo.

El Gran Cerro. Un elemento indispensable para la erección de asentamientos, como necesidad básica de existencia social. En esta concepción se imitaron los cerros. Las pirámides o basamentos piramidales en Mesoamérica, reproducen simbólicamente al Gran Cerro. Encima de ellos se construyeron los templos que servían para guardar las imágenes contenedoras de las semillas. Los cerros son parte fundamental del paisaje cultural. En el pensamiento mesoamericano representan el sustento y son los portadores de las lluvias, también como los lugares en los que la hormiga ocultaba los cinco granos del maíz. Estos son los principios que guiaron la construcción del basamento piramidal, que se eleva a 16m en siete cuerpos arquitectónicos.

Cañada de la Virgen es un sitio de conocimiento e interpretación del pasado; una ventana a la historia para una mejor comprensión del presente.